lunes, 7 de febrero de 2011

De amores, filtros y bebedizos: L'elisir d'amore, de Donizetti

¡Ah, il cuore! Ahora que se acerca san Valentín, nada mejor que hablar del Amor, ese angelillo travieso que lanza dardos a quien no quieres y a quien quieres no le hace ná. Pero para paliar esos descuidos de los dardos de Cupido, se inventaron los bebedizos, los filtros amorosos, los conjuros. Nuestra Celestina, por ejemplo, medio bruja, medio alcahueta, para convencer a Melibea de que amase a Calisto conjuró nada menos que al dios Plutón. Tristán e Iseo se amaron irremediablmente por la acción de un filtro amoroso. (Y por cierto, sobre esta pareja hizo Richard Wagner una de sus mejores obras, Tristán e Isolda).

En la ópera, la obra más famosa del repertorio relacionada con bebedizos de amor es, precisamente, L'elisir de amore, con música de Gaetano Donizetti y libreto de Felice Romani, basado en el libro Le philetre de Eugène Scribe. Fue estrenada en Milán en 1832. Junto a El barbero de Sevilla y Las bodas de Fígaro, es la ópera cómica más conocida y representada del repertorio. Posee hermosas melodías, entre las que destaca una de las arias para tenor más famosas de todos los tiempos, "Una furtiva lagrima".

El argumento es más o menos como sigue:

En una aldea de Italia, a finales del siglo XVIII, el joven Nemorino está enamorado de Adina, que le muestra su indiferencia y le da celos. Desesperado, compra el misterioso elixir del doctor Dulcamara, un charlatán que le asegura que despertará una pasión incontenible en la chica. Se trata, en realidad, de vino de Burdeos, con el que el chico se emborracha, lo que irrita más a Adina que, despechada, anuncia su casamiento con Belcore, un sargento presuntuoso (el miles gloriosus o soldado fanfarrón de las comedias latinas) que ha llegado al barrio con su regimiento.

Nemorino pide a Dulcamara más elixir para conquistar a Adina. Como no tiene dinero, se alista como soldado, con lo que gana al instante veinte escudos. Las chicas del pueblo se enteran de que ha heredado una fortuna de su fallecido tío y lo persiguen, él lo atribuye a la eficacia del elixir. Adina, que nada sabe, al verlo rodeado de mujeres, se siente descorazonada, cree que él la ha olvidado. Dulcamara le explica que Nemorino ha vendido su libertad y se ha hecho soldado por ella. Adina reflexiona sobre su crueldad y comprende cuánto le ama. Todo acaba bien y Dulcamara declara que todo se debe a su prodigiosa poción, que todos quieren comprar.

Como se ve, una obra simpática y feliz. Aquí ofrecemos dos arias: la primera, cuando llega el doctor Dulcamara rodeado de lujo y poderío. Los campesinos creen que llega algún poderoso, por lo menos un duque. El doctor, en este caso un magnífico Simón Orfila, canta su famoso "Udite, udite, o rustici" y cuenta lo magníficos que son sus (falsos) brebajes. En fin, un brillante charlatán:


Letra en italiano
Udite, udite, o rustici
attenti non fiatate.
Io già suppongo e immagino
che al par di me sappiate
ch'io sono quel gran medico,
dottore enciclopedico
chiamato Dulcamara,
la cui virtù preclara
e i portenti infiniti
son noti in tutto il mondo... e in altri siti.
Benefattor degli uomini,
riparator dei mali,
in pochi giorni io sgombero
io spazzo gli spedali,
e la salute a vendere
per tutto il mondo io vo.
Compratela, compratela,
per poco io ve la do.
È questo l'odontalgico
mirabile liquore,
dei topi e delle cimici
possente distruttore,
i cui certificati
autentici, bollati
toccar vedere e leggere
a ciaschedun farò.
Per questo mio specifico,
simpatico mirifico,
un uom, settuagenario
e valetudinario,
nonno di dieci bamboli
ancora diventò.
Per questo Tocca e sana
in breve settimana
più d'un afflitto giovine
di piangere cessò.
O voi, matrone rigide,
ringiovanir bramate?
Le vostre rughe incomode
con esso cancellate.
Volete voi, donzelle,
ben liscia aver la pelle?
Voi, giovani galanti,
per sempre avere amanti?
Comprate il mio specifico,
per poco io ve lo do.
Ei move i paralitici,
spedisce gli apopletici,
gli asmatici, gli asfitici,
gl'isterici, i diabetici,
guarisce timpanitidi,
e scrofole e rachitidi,
e fino il mal di fegato,
che in moda diventò.
Comprate il mio specifico,
per poco io ve lo do.
L'ho portato per la posta
da lontano mille miglia
mi direte: quanto costa?
quanto vale la bottiglia?
Cento scudi?... Trenta?... Venti?
No... nessuno si sgomenti.
Per provarvi il mio contento
di sì amico accoglimento,
io vi voglio, o buona gente,
uno scudo regalar.
Ecco qua: così stupendo,
sì balsamico elisire
tutta Europa sa ch'io vendo
niente men di dieci lire:
ma siccome è pur palese
ch'io son nato nel paese,
per tre lire a voi lo cedo,
sol tre lire a voi richiedo:
così chiaro è come il sole,
che a ciascuno, che lo vuole,

uno scudo bello e netto
in saccoccia io faccio entrar.
Ah! di patria il dolce affetto
gran miracoli può far.

La segunda, es el aria de tenor "Una furtiva lagrima". Nemorino se da cuenta de que Adina, después de haberlo visto rodeado de lindas jovencitas, no ha podido evitar una furtiva lágrima. Entonces, su corazón se esperanza y sueña con conseguir a su amada, la única mujer que de verdad le interesa.

No os la perdáis, avempacianos. ¡Es tan intensa, sniff, sniff, buaaa, povretta Adina!



Letra en italiano
Una furtiva lagrima
negli occhi suoi spuntò:
Quelle festose giovani
invidiar sembrò.
Che più cercando io vò?
Che più cercando io vò?
M'ama! Sì, m'ama, lo vedo. Lo vedo.
Un solo istante i palpiti
del suo bel cor sentir!
I miei sospir, confondere
per poco a' suoi sospir!
I palpiti, i palpiti sentir,
confondere i miei coi suoi sospir...
Cielo! Sì, può morir!
Di più non chiedo, non chiedo.
Ah, cielo! Sì, può! Sì, può morir!
Di più non chiedo, non chiedo.
Sì, può morir! Sì, può morir d'amor.


Traducción al castellano
Una furtiva lágrima
en sus ojos apareció:
a las festivas jóvenes
envidiar pareció.
¿Qué más voy yo buscando?
¿Qué más voy yo buscando?
¡Me ama! Sí, me ama, lo veo. Lo veo
¡Por un instante el pálpito
de su corazón escuchar!
¡Mis suspiros confundir
con sus suspiros!
El pálpito, el pálpito de su corazón sentir
y confundir mis suspiros con los suyos...
¡Cielos! ¡Sí, podría morir!
Pedir más no puedo, no puedo,
¡Cielos! ¡Sí, podría morir!
Pedir más no puedo, no puedo.
¡Sí, podría morir! ¡Sí, podría morir de amor!

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