sábado, 3 de octubre de 2015

"Playa", un poema de Manuel Altolaguirre


PLAYA

                                                        A Federico García Lorca

Las barcas de dos en dos,
como sandalias del viento
puestas a secar al sol.

Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.

Sobre la arena tendido
como despojo del mar
se encuentra un niño dormido.

Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.

Y más allá, pescadores
tirando de las maromas
amarillas y salobres.

Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.

Fíjate en este precioso poema de Altolaguirre, poeta de la Generación del 27, y amigo de otro gran poeta de su misma generación, Federico García Lorca. El poeta ve las dos barcas varadas en la arena como si fueran las sandalias de un gigante incorpóreo: el viento. Y luego se fija en su sombra, que hace ángulo recto con su propio cuerpo, dando la sensación de que el poeta y su silueta forman un libro abierto. Más allá, un niño duerme sobre la arena. Y más lejos, los pescadores hacen sus tareas. Una simple visión de paisaje convertida en una maravilla por la sensibilidad poética de un gran creador.


Una maravilla.

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