martes, 3 de mayo de 2016

"Pedro y el lobo", de Serguei Prokofiev

Uno de los cuentos sinfónicos más famosos, junto con "Peer Gynt", de Grieg, o cuentos de hadas-ballet, como "El Cascanueces", de Tchaikowsky.

El cuento sinfónico se caracteriza por ser música incidental, es decir, música hecha con la funcionalidad de reforzar el clima de una obra literaria: como fondo sonoro, para reforzar la acción dramática, etc.

Otra de sus características más destacadas es el uso del leit-motiv o idée fixe, el tema musical que asocia a la entrada en acción de cada personaje: la música siniestra que suena cuando entra el lobo, la que se asocia a Pedro, la característica del pajarito que lo acompaña, la propia de la pata que va con él... Según se dice, fue Richard Wagner el que hizo un uso más eficaz y sistemático de este recurso en sus óperas.

Otro asunto relevante que hay que destacar es la aparición en el cuento del lobo, como ocurre en otros muchos cuentos populares: "Los tres cerditos y el lobo", "Los siete cabritillos y el lobo", "Caperucita Roja", "Bella y Bestia", etc. Por supuesto, el lobo es el antagonista, el enemigo al que hay que vencer.





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