jueves, 8 de septiembre de 2016

Esopo y Menipo

Gracias al genial Velázquez, la posteridad conoce hoy a Menipo de Gadara, creador de la sátira menipea, así llamada en su honor y que alterna la prosa y el verso.

¿Y por qué gracias a Velázquez? Pues porque el pintor quiso crear una serie de cuadros de tema clásico y mitológico y pensó en Menipo y Esopo para que fueran exhibidos como pareja, uno enfrente o al lado del otro. Y así, un autor bien conocido, como el fabulista Esopo, vino a redimir a otro más bien secundario como Menipo.

Los cuadros fueron pintados para decorar un pabellón de caza construido en el monte del Pardo, cerca de Madrid, llamado "La Torre de la Parada". Este pabellón se convirtió más tarde en un valioso museo de pinturas donde fue a parar la larga serie de las Metamorfosis de Ovidio, pintada por Rubens y sus ayudantes. El pabellón estaba reservado en exclusiva para la Corte, nadie más tenía acceso, y allí se recopiló el conjunto más importante sobre temas de mitología y gran variedad de desnudos. O sea, que mientras que su Católica Majestad imponía a sus súbditos una estricta ortodoxia católica contrarreformista, los cortesanos tenían sus "desahogos" artísticos contemplando obras maestras con ninfas y efebos ligeritos de ropa.


Menipo, que aquí aparece a la izquierda, era también esclavo liberto, como Esopo. Velázquez lo recreó de cuerpo entero, vestido de mendigo pícaro, y con aire desafiante, desengañado del saber y de las vanidades y posesiones mundanas. En cuanto a Esopo, también aparece de cuerpo entero, mirando directamente al espectador con un libro en su mano izquierda y vestido con un sayo harapiento sujeto a la cintura con una tela de color blanco. Destacan en el cuadro sobre todo la cabeza del filósofo, con el pelo entrecano, y una mirada de profundo desdén.

Dos viejos esclavos libertos, desdeñando la pompa y circunstancia del mundo cortesano. Todo un mensaje velazqueño.

Los cuadros están expuestos hoy día en el Museo del Prado.

Menipo (Μένιππος, ss. IV - III a. C.), fue un filósofo griego de la escuela cínica, si bien también presenta rasgos hedonistas. Se conocen pocos datos biográficos suyos. Natural de Gadara, en Celesiria, donde también nacieron el filósofo epicúreo Filodemo y el epigramático Meleagro, fue esclavo, según afirma Acaico en sus Morales; Diocles de Magnesia agregó que su amo fue póntico y se llamó Bato; libertado, se enriqueció con la usura, pero perdió todo su dinero; Diógenes Laercio le atribuye una muerte por suicidio y varias obras que él mismo califica de "inseguras" y "llenas de chocarrerías, como las de Meleagro, coetáneo suyo": Funerarias, Testamentos, Cartas elegantes, En persona de los dioses, A los físicos, Matemáticos y gramáticos...

En sus diatribas cínicas de crítica moral y social mezcló la prosa y el verso y los registros serio y cómico. Su obra fue lo bastante significativa como para inspirar las Sátiras menipeas del escritor romano Marco Terencio Varrón y servir de personaje e inspiración a escritores de diálogos satíricos como Luciano de Samosata en sus Diálogos de los muertos, el Icaromenipo y otras obras. Erasmo de Rotterdam lo empleó alguna vez como personaje; Bartolomé Leonardo de Argensola también en su diálogo Menipo litigante, donde critica la profesión de abogado.

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